Días atrás "discutíamos" sobre las mujeres histéricas y la necesidad de formar un comando antihistéricas (autoría de Fer). Por eso me veo casi en la obligación de exponer el tema (sí, es un post terapéutico), intentar conocer las causas de este padecimiento, hacer profilaxis (porque no) y exponer las terapias a seguir.
Lejos estoy de las ciencias médicas o psicológicas, por eso me remito, simplemente, a informar sobre el tema.
Orígenes de la histeria:
Proviene de la palabra griega útero: hystera.
Se creía en la antiguedad que el útero era un órgano que se movilizaba por el cuerpo causando enfermedades cuando llegaba al pecho. A este desplazamiento se le atribuían diferentes trastornos como la sofocación o las convulsiones.
Se entendía así a la histeria como una enfermedad del útero propia, lógicamente, de las mujeres y que causaba trastornos psicológicos.
Durante el siglo XIX, los médicos reconocieron que el desorden provenía exclusivamente de la insatisfacción sexual femenina. Así comenzaron a practicar, como efectiva cura, masajes del clitoris hasta que la paciente conseguía alcanzar el "paroxismo histérico" (el orgasmo).
En principio esta terapia era realizada por el médico, más tarde quedó en manos (valga la redundancia) de las comadronas y finalmente en la década de 1890, luego de una epidemia de histeria, se introdujo como terapeutica habitual el uso de vibradores y consoladores.
Para la misma época Sigmund Freud teorizó sobre el trastorno de conversión (antes conocido como histeria) argumentando que provenía de una emoción interna, un conflicto sin resolver y utilizando la hipnosis como tratamiento correcto para resolver el problema.
Qué quiero demostrar con todo esto? Que no es nada difícil combatir la histeria.
En la búsqueda permanente del placer está el secreto para ayudar a prevenir o acabar con ella.