Según Freud, todos los seres humanos nacen con una pulsión sexual básica (libido).
Esta libido es una fuente de excitación que consiste en lograr placer descargando esa excitación.
La historia sexual de un individuo comienza en su nacimiento.
Para explicarlo, divide este desarrollo en etapas:
1) Etapa oral: la boca es la zona erógena.
2) Etapa anal: estimulación del ano (se centra en el placer que le produce al niño poder controlar esfínteres)
3) Etapa fálica: estimulación del pene
4) Etapa de latencia: las demandas libidinales quedan latentes.
5) Etapa genital: estimulación de los genitales
Cada una de estas etapas son el camino obligado hacia la madurez sexual. En cada una de ellas se busca el placer sexual (el desarrollo de la libido). La diferencia está en el "objeto" que se utiliza para obtenerlo.
La angustia se genera cuando la libido es acumulada y no puede ser descargada a modo de placer.
¿Por qué me puse a recordar las palabras de Freud?
Toda búsqueda de respuestas nace de una simple pregunta...
En mi caso era: ¿Por qué estoy atacando de esa manera desmedida al chocolate aún a riesgo de empezar a ensanchar mis caderas?
La respuesta vino inmediatamente de la "mano" de Sigmund...
Estoy atravesando una importante "angustia oral"...
Gatuno
Hace 4 años
Caro No estara por menstruar? vio que a una le agarra eso de comerse todo. Aunque la angustia oral nos tiene a maltraer a unas cuantas, es mas diria un mal generalizado.
ResponderEliminarAhora bien lo que no puedo resolver es si se debe al estress o a el poco sexo practicado.
Mmmmmmmmmmm que opina?
Me gusta leerla
Mia:
ResponderEliminarSi me remito a las palabras de Sigmund, la angustia se produce por libido acumulada y no descargada. Debido a eso, canalizo el placer a través de la oralidad y mi objeto de satisfacción es el chocolate.
Para hacerlo todavía más grave podemos sumarle el estress, la menstruación, las condiciones propias del género, el mal clima y los condimentos que crea apropiados...
Saludos y Bienvenida.
No es mi intención provocar el escándalo entre tan fina concurrencia. Pero mientras que tú te dedicas tan sólo al solitario placer de las barras oscuras y los brillantes envoltorios, yo me entrego con loca pasión al tabaco, a los ravioles y a toda clase de confituras y repostería en general, descontroladamente. Con el vino sostengo furtivos encuentros de fin de semana, pero digamos que es una relación bastante histérica, por suerte. Lo que se dice, una verdadera orgía sublimada.
ResponderEliminarEn fin, ya aflojarás con el chocolate, y mejor no te cuento mis días de abstinencia, mis horribles días de dietas, cuando adelgazaba espantosamente, y despertaba envuelta en sudores helados tras largos sueños con banquetes rebosantes y bacanales de empanadas con Gancia. Nunca más. Es comer, y reventar. Y quizá, hacer como esta chica...
Fer:
ResponderEliminarDebería dedicarme al alcohol o a sustancias prohibidas.
O ser tocada aunque sea por la vocación y convertirme, finalmente, al celibato pero respetando absolutamente todos los preceptos religiosos.
Lo sigo pensando...
Besos
todo lo que no mata engorda...
ResponderEliminarPero todo en exceso mata... Hasta el chocolate...
ResponderEliminarIgual hoy abandoné la barra amarga...
Besos
Yo me siento muy angustiada en esos dias de alto libido y me enfado porque no quiero comer,intento hacer deporte para calmarme pero es impresionante como el cerebro hace un complot en contra mia y no me deja pensar en otra cosa que en la satisfaccion sexual con un hombre,no cualquiera, con el que mas me gusta y ademas solo pienso en ello las 24 horas del dia,me cuesta conciliar por las noches conmigo misma... y siento una gran angustia porque no hago lo que mi naturaleza me exige... despues de unos angustiosos dias de ovulacion todo vuelve a la normalidad... pero sufro.
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