Perdida

Es más fuerte que yo pero siempre en algún momento del año desaparezco sin dejar rastros. De la noche a la mañana y, aparentemente, sin motivos.
Los que me conocen, saben que nunca me voy para siempre. Que si me necesitan cuentan con mi incondicional ayuda.
También saben que lo hago simplemente para aclarar mis ideas y porque me fastidia ser el centro de las charlas.
Lo raro es que cuando más necesitaría sentarme a hablar de mi, son los momentos en los que más me encierro, más me aparto. Boicot o mecanismos de defensa, que importa.
Introspección, balance, ganas inmensas de no escuchar a nadie.
Tomo mis ausencias con naturalidad. Son huidas programadas.
Pero de lo que nunca me escapo es de mi realidad.
Y es justamente estando a solas cuando mejor me conecto con las cosas que me pasan y programo mis próximos 5 años.