Por fin solas!

Durante un par de días M, que viajó a la capital, se quedó a dormir en casa.
Gentilmente le hubiese ofrecido toda mi cama pero la verdad es que el sillón no es un buen sitio para descansar mi cuerpo (y menos el de ella).
Me había desacostumbrado a tener una persona tantos días en mi cama y sólo para dormir.
Como cada noche, ocupé mi costado izquierdo y casi ni me moví...
Ella se ocupó de darme patadas y trompadas.
Probablemente quería certificar que estaba viva o si era capaz de enojarme aunque sea en sueños.
Ayer volví a hacer uso de su inmensidad...
Sí, me desparramé como nunca hago.
Rodé en la noche de un lado hacia otro.
Amanecí despatarrada.
Por un momento parecía que había recuperado mi libertad...
Es que extrañaba tanto dormir sola!
O para ser honesta, extrañaba estar sola cuando quien comparte mi cama es alguien con quien no puede pasar nada.